martes, octubre 10, 2006

Ande andaré yo

Pues no os hacéis ni idea de donde leches estoy viviendo. La experiencia no puede ser mas enriquecedora, Tenri es un pueblito de 70.000 habitantes que.... como decirlo, parece anclado en el tiempo.
Las cosas que estoy viendo parecen sacadas de las películas de los años 50 cuando los americanos invadieron el país tras tirarles ese par de pepinos que fueron Hiroshima y Nagasaki. Estoy en un pueblo que conserva ciertas tradiciones, restaurantes, formas de vida que incluso mucha gente en Tokio u Osaka no se pueden creer que puedan seguir existiendo (O eso me dicen). Hoy sin ir mas lejos, tras las clases de japonaca (la sensei me está dando clases particulares a mi solo. Que maja es!), nos hemos ido paseando por la calle principal comercial que ya os mostraré.
El caso es que en unos de los callejones que parecen conducir a ningún sitio, al fondo, tras atravesar un angosto pasillo de un par de metros de ancho, lleno de puestos de verdulerías, y pequeños y extraños restaurantes, terminamos llegando a un reducidísimo restaurante de pinchos de pollo.
Un restaurante con prácticamente 50 años de antigüedad, que parece igual a aquellas pelis en blanco y negro de hollywood, donde en cualquier momento parece posible que pueda entrar un marine atravesando el trapo con inscripciones en japonés que tienen por puerta. La distribución del restaurante no tiene parangón, unas toscas piezas de madera trabajada como sólo antiguamente se hacía (los tablones no fueron cortados con sierra sino pulidos con esa especie de hazada para trabajar la madera...), una barra en forma de U en el medio del bar, y otra alrededor de la cocina abierta, donde estás codo con codo con el cocinero (un hombre de avanzada edad). El bar debe de ser del mismo tamaño que mi piso, sino es menor, pero el riquísimo olor a pollo asado que desprende nos hace sentarnos y pedir unas cervezas y unos pinchos de pollo (quisiera poder acordarme de todo lo que comí). Todo deliciosamente rico (suki suki des' ne!). Como grupo de extranjeros que somos, hemos entrado y alborotado un sino fuera por la televisión japonesa casi silencioso bar.
Un par de parejas de adultos, son los únicos clientes del bar. Nos miran con cara de... estos se han perdido. Pero poco a poco, las sonrisas se van dejando ver. Nos miran con asombro y hablan entre ellos acerca de que idioma es el que hablamos... barajan el francés, alemán, inglés.... y se quedan sorprendidos cuando les decimos que hablamos el español, que somos un grupo de mejicanos, un constariquense, y un español. Se asombran de que seamos de esas zonas (señal de que no han visto muchos extranjeros en su vida). Con toda la dulzura del mundo, la camarera (que debe ser la hija del anciano cocinero), nos va sirviendo la comida. A medida que vamos comiendo, las alabanzas para el cocinero, ese hígado impresionante, las zancas de "tori" (ave) han sido acojonantemente deliciosas, y el cocinero nos lo agradece con entre otras cosas con una sonrisa. He probado el famoso sashimi, pero no en cualquier sitio, sino en uno auténtico, uno de los de verdad, de esos sitios que ya no quedan en Tokio, Osaka, o casi en todo Japón. Y he aprendido el ritual que se hace para comerlo. Aprovechamos para pedir Sake, o mejor dicho, o-sake, como se dice aquí. Un licor casi transparente, con un olor muy dulce, y muy suave en su sabor. Me ha gustado. Además de que la manera de servirlo ha sido muy graciosa, lo sirvió en una pequeña cubetita de metal... todo muy auténtico. Mas divertido ha sido cuando se han ido relevando los clientes y ha entrado un matrimonio de ancianos con su hija. Hemos hablado un poquito, les resulta gracioso que estemos comiendo en un sitio así. Nos cuentan que no nos pueden dar mucha mas variedad de productos porque no suelen comprar en cantidadesmuy grandes, casi se trata de un restaurante familiar. Muy majos ellos.
La casa nos acaba invitando a un último pincho de pollo.
Ha sido genial el trato, y genial la comida. Tengo claro que volveré a comer otro día. De hecho, poca gente de Tenri (el pueblo en el que estoy) conoce el lugar. Para que me entendáis, he estado en un auténtico chigre japonés, y hemos interactuado con los parroquianos.

Luego nos hemos largado al puesto de donuts donde hemos tomado un triple café con leche (es que uno paga por la taza, y luego es barra libre de café). Hasta las nueve hemos quedado hablando de mil temas.

Y antes de irnos a casa, nos hemos acercado a la universidad a recoger las bicis. A la vuelta hemos pasado por el impresionante templo que hay tras la "Kuramon" o puerta negra. El templo pertenece a la religión de Tenri, que ya os hablaré de ella. El templo de noche es precioso, ya lo es de día, pero es que con los farolillos, y las canciones de los rezos, junto con los olores dulces de madera que hay en el ambiente, producen una atmósfera de lo mas inigualable.
Nos hemos quitado los zapatos a la entrada y hemos paseado por gran parte del templo, nos han saludado un montón de personas (cosa inusual dado la timidez del pueblo japonés, y especialmente en un pueblo tan ridículo como este). He visto el interior del templo, he visto el espiral, los pasillos larguísimos de los pórticos de madera. Ya se de donde han sacado los escenarios del "Street Fighter", solo falta que Ryu se ponga a hacer Jadukens en los inmensos patios interiores....
La magia de la luz de los faroles por la noche, las puertas correderas de papel de arróz, los creyentes embuchados en sus batas negras con escrituras de estraños kanjis en blanco, los rezos, las palmadas de sus oraciones, la lluvia que cae sin cesar sobre esos retorcidos tejados que apuntan al cielo en señal de duelo y que se recogen en esos rarísimos canalones...
Es preciosísimo ver como cae la lluvia desde el interior del templo. Ves la lluvia, aparenta que estás al aire libre, y sin embargo, con esos estraños tejados montados unos sobre otros, no te cae ninguna gota, pero sin embargo, ves la lluvia y parece que está lloviendo sobre ti.

Es la mágia de Tenri.

Me está enamorando este pequeño pueblo. Y si venís a verme, lo entenderéis.

Aquello que me faltaba en Finlandia, que eran las montañas y los edificios entrañables y con solera, lo he encontrado aquí.

Es gracioso que en el país de la tecnología, se mantengan sitios como éste, donde la tecnología es algo efímero. Donde la tradición reina por doquier. Ahora entiendo que esto es un país de contrastes constantes. Solo puedo decir que intentaré poner todas las fotos que pueda, pero sepais que no hace justicia a lo que veo. Y por cierto, el blogger no me está dejando subir las fotos, de modo que iré subiendolas poco a poco. Paciencia que merecen la pena.

Solo os digo que os aprovechéis mientras esté aquí, que luego vienen las lamentaciones.

NOTA DE CAZA: creo que lo voy pillando, por lo visto, las crias de cucaracha que voy pillando (que son poco mas pequeñas que una cucaracha española), pues tienen una característica especial... QUE PUEDEN DIGIEVOLUCIONAR!!!
Por eso las cucarachas no tienen un tamaño intermedio. Es decir, que CUCARACHA digivoluciona en......!!! CUCARACHON!!! Que dicho de paso, ya van cinco las que han caido. jejejeje (risa de malo).

5 Comments:

Blogger Violeta Tomás Dixo...

¡¡¡Me muero de envidia por todas esas cosas que cuentas!!! Siempre me fascinó japón, pero últimamente todo parece apuntar allá: el reportaje de mi último viaje en tren valencia-madrid, un libro, unas pelis que me han dejado...

Disfrútalo mucho (estoy segura de que lo haces). Y además estoy también segura de que una experiencia así, tan auténtica, con gente "de verdad" tiene que enseñarte un webo de cosas sobre ti mismo y todas esas movidas espirituales.

Hala, a ver si estás el tiempo suficiente para darme tiempo a ahorrar para hacer de okupa, jejeje, y si no te mola la idea, no pongas tantas cosas chulas en tu block :)

hala, seguimos en la brecha, besicos, phi.

4:26 a. m.  
Blogger Banyuken.es Dixo...

Qué experiencias chaval. Me estás dando una envidia. Algún día viviré en Japón, esa idea sigo manteniéndola, desde hace ya varios años que estoy obsesionado con ella...

3:38 p. m.  
Blogger vanya Dixo...

Estaba empezando a convencerme de que después de Copenhague sería algún lugar perdido de África o Asia. Tú me estás terminando de convencer ;)

Difrútalo nenita. Y cuidame la casa.

3:52 p. m.  
Anonymous Anónimo Dixo...

bueno tio, a ver si pillar o cazas otras cosas que cucarachas y aterrizas de una vez, que me tienes preocupado, macho, que te dejamos en Finlandia y parecias normal y mirate ahora...

3:38 a. m.  
Anonymous Anónimo Dixo...

Me he acordado hoy de tí, me da por entrar en tu blog... y cuántos sacos de envidia hay ahora mismo por mi habitación!! Yo sigo en esta Asturies a la que llegamos juntos hace unos días jaja viaje accidentado eh!! Me alegro que te vaya todo bien, sigue informándonos desde el Japón. Yo de momento no sé que será de mi vida, te mantendré informado. Besinos.

7:26 a. m.  

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