La cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar!

Pues eso, que he descubierto un instinto asesino dentro de mi que no me hubiera imaginado antes. Resulta que cuando regruesé por la tarde a casa el primer día, descubrí que había un inquilino en el piso.
Había una cucaracha.
Si, claro, ahora se que mas de uno estará diciendo... será mariquita el Hugo.... una cucarachita y ya se me pone histérico....
Pues la verdad es que me acojoné la de Dios, porque la susodicha cucaracha... pues era de un tamaño mas bien gigante. Escribo este post, porque hoy por curiosidad ha salido el tema cuando estabamos comiendo (que casualidad!). La verdad es que la palabra que utilizó Irene para definirlas fue la de Dinosaurios, y no le faltan razón, porque la que aplasté el primer día era tan grande como... creo que mi cámara de fotos se queda pequeña, nunca en mi vida he visto un bicho tan grande.
Y me acojoné tanto que... luego andaba de puntillas por el piso, a cada segundo mirando para todos los lados, pensando que la casa debía de estar infectada... vamos, que como fuesen todas así... que miedo y que asco.
El caso fue que al día siguiente me volví a encontrar a otro dinosaurio de esos, y ya tardé menos en usar mi zapato para dar cuenta de él. Flipante fue, que aunque le tenía medio cuerpo aplastado, el otro medio todavía se movía. Lo que me dió mas asco todavía porque confirmaba que seguramente, mi casa estaba infectada.
Cuando vinieron mis colegas mejicanos de visita, pues a la hora de cocinar, nos pusimos alegremente en la cocina hasta que...
-Hugo, quieres que te enseñe algo que te va a dar un asco enorme?
-Vale (yo pensaba que se tiraría un pedo salvaje, o que vomitaría...)
-Mira delante tuyo
Y justo, estaba fregando y delante mio, a la altura de la cabeza... ahí estaba, la tercera de esas bestias infernales importadas directamente de los tiempos jurásicos. La verdad que esta vez me dio mas asco por pensar que yo normalmente apoyo (por inercia) la cabeza contra los muebles de la cocina cuando estoy fregando (es que soy un poco cabezón), y era justamente la misma altura a la que yo hubiese tenido la cabeza si esta vez lo hubiese hecho.
El asco que me dio, hizo que me costara muchísimo aplastar esta cucaracha, sobretodo, porque estaba encima de las cosas fregadas, y claro, si la aplastaba, todo lo fregado recibiría una cantidad indeterminada de líquidos biliales, que... joder que asco.
Como el monstruo se estaba oliendo que yo tramaba algo, decidió que quedarse quieta no era la mejor opción, por lo que en un incómodo m0mento, preferí coger el zapato y aplastar la cucaracha sobre el mueble de la cocina aunque eso significase volver a fregar los platos (coso que hize).
El caso es que decidí meter todo en un cajón, para que estuviese a salvo de esos mosntruos, y una vez que limpié el cajón y metí la cubertería limpia... cuando estaba fregando el último tenedor y abrí el cajón para guardarlo... descubrí dentro de él, que ahí estaba una cría de cucaracha. MIERDA!!! Otra vez a fregar todo, pero esta vez me cobraría la venganza. Coincidía que mi compañero mejicano acababa de cazar a "María Magdalena" (ese es el nombre que le dio a una Mantis Religiosa que nos encontramos en la Universidad), y claro, la sacamos de la botella donde estaba guardada temporalmente. Al final, lo que hicimos fue devolver la Mantis al interior de la botella, y metimos a la cucaracha dentro. No pasó mucho tiempo, y dejó de haber cucaracha. La verdad es que si tenéis la oportunidad de ver las Mantis Religiosas, son flipantes, las encuentro como bichos muy fascinantes. Molan mogollón, además se enteran de verdad que las estás observando y eso las pone muy nerviososas. Yo creo que como encuentre una de las cucarachas grandes, la mantis tiene comida para como mínimo dentro de un mes.
El caso es que ayer de la que volvía de comprar al super, me encontré con otra cría de cucaracha, que me cargué en un pispas. Desde entonces, tengo una ansia de sangre en mi interior muy inusual, reviso el piso de arriba a abajo no por el tema de que esté todo limpio para que no entren cucarachas, sino, por el hecho de que me las quiero cargar. Y estoy ansioso por ver la siguiente cucaracha y demostrarla que ha entrado en mi casa.
YO SOLO COMPARTO MI CASA CON MIMASEN (por cierto y todo sea dicho de paso, hace un día que no veo a mi arañita marroncita, ¿necesitará de algo?)

La verdad es que las cucarachas me dan un asco brutal, pero a base de apachuflarlas lo estoy superando. Como mola matar cucarachas! Quién me lo hubiera dicho. Lo único es que luego con el zapato con el que la has apachuflado, pues que es igual que si hubieras pisado un chicle, se pega en todos los sitios.