lunes, agosto 27, 2007

El décimo aniversario

Hace unos quince días que he regresado a mi ciudad natal de mi sueño japonés, y llevo una temporada pensando en cómo retomar el blog, pensando en estructurar todas las historias que tengo que contaros de especialmente lo acontecido en el último año, y hoy... casi sin quererlo, me he dado cuenta de que tengo mucho que contar...más de lo que imaginaba.

Un día como hoy, pero hace diez años ya, un chico de una ciudad del norte bajó por primera vez a la ciudad de lo que para mi era entonces el sur (Ávila) intentando perseguir sus sueños. Y también un día como hoy de hace diez años, su equipo de futbol del alma descendía a segunda división.

Ni que decir que ese chaval era yo, ni que ese equipo era mi Real Sporting. Para mi fue mucho mas duro que para la mayoría, porque el estar alejado de mi tierra, de los mios, hacía que sintiese una gran soledad, pero el no poder seguir a mi único equipo de fútbol (puesto que de aquella apenas se hablaba de los equipos en segunda división), hacía que realmente me sintiese muy solo.

Así pués, hace diez años decidí enterrar mi corazoncito de sportinguista, como si del hacha de guerra se tratase. Decidí no leer prensa deportiva, total, jamás hablarán de mi pequeño club... pero siempre, siempre, mi camiseta, bufanda, o banderín de Sporting me ha acompañado a lo largo de todos estos años.

Hoy, he vuelto a ir al Molinón, ese campo que me trae tantos recuerdos (y casi todos, recuerdos de derrotas), esperaba reencontrarme con ese equipo tan mal armado y tan desastroso como siempre, al fin y al cabo, pocas cosas han cambiado desde que salí de mi ciudad.

Y en un principio, así era, todo igual, la gente gritando como siempre, las mismas canciones de la hinchada, la misma grada, el mismo clima, los mismos olores a tabaco, las enormes bolsas de pipas...

Y derrepente, una nueva canción que instaba al equipo a intentar subir de división, a alcanzar ese sueño, ese ascenso... el equipo bien armado en defensa (la primera vez en diez años), y poco a poco, renqueando, va marcando uno, dos, tres, y ¡hasta cuatro goles! Mi reencuentro en El Molinón con mi equipo en diez años, una contundente victoria, el décimo aniversario del descenso, ¡cuatro goles! ¡y todos del Sporting! ¡¡y en la portería contraria!!

El décimo aniversario de mi éxodo amenizado por mi equipo del alma.

Definitivamente, algo está cambiando finalmente en mi tierra; y lo que me asusta mas, es que algo está cambiando en mi manera de pensar, y tengo miedo, porque empiezo a crear nuevos sueños que perseguir,

y ahora se, que se pueden alcanzar.

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