sábado, marzo 24, 2007

La fiesta de Graduación

Pues esta semana he sido invitado por mis colegas a su graduación. Resulta que como aquí la universidad, los semestres son independientes, pues terminan en ésta época del año. Cada uno regresa a su ciudad de origen, a trabajar, de modo que este día se conmemora porque es una bonita manera de decírte que no nos vamos a ver mas, o quien sabe.
楽しくて悲しかったでした
Al llegar por la mañana al pabellón de deportes de la universidad, me encontré con el despliegue de kimonos mas grande que he visto hasta la fecha, y no sólo éso, sino que la mayoría eran kimonos de gala, por lo que resultó de lo mas pintoresco. La verdad que la nota de color la pusimos los extranjeros, que apenas éramos 7, y nosotros mirábamos a los japoneses por sus vestimentas, pero ellos nos miraban a nosotros sin parar.
Con la preciosa Yasawa
Con el Maestro Futbolero Jun

Además, ésta vez la nota de color era de verdad, nuestro colega Evans (de Kenya) se había traido a su hermana desde Londres, obviamente los dos son de raza negra, por lo que me imagino que para muchos de los allí presentes, era la primera vez que podían ver realmente que son personas con dos brazos, ojos y piernas igual que ellos.
La familia felíz intentando leer el programa

Nos metimos dentro, y la ceremonia comenzó. Aparentemente parecía una graduación como las que podemos ver en España, pero no, la cosa fue un poco diferente, pues aunque había que aguantar el rollo del director de la escuela, para casi todo había que levantarse todo el mundo del asiento para hacer reverencias.

El director fue nombrando uno a uno las diferentes facultades o ramas de estudio, y todos los que habían estudiado esa rama se levantaban del asiento. Luego, de entre ellos, el director decía el nombre de la persona que tenía el mejor expediente, y sólo y únicamente esa persona subía al escenario del gimnasio a recoger el diploma. Así, con todas las facultades.

Luego, y dado que ésta es una universidad religiosa (de la TenriKyo), el equivalente a su Papa subió al escenario y les recitó un insufrible discurso. Tras ello, se cantó el himno de la universidad, y se terminó la ceremonia. Entre pitos y flautas, la ceremonia duró hora y media, y lo que más me gustó, aparte de las chiquitas tan monas embutidas en sus kimonitos, fue que la música ambiental a lo largo de toda la ceremonia fue real, tres grupos de músicos se afanaban por intercambiarse y "pinchar" música clásica, tradicional y un coro de voces.

Me hizo gracia que los alumnos se durmiesen durante el transcurso de los discursos, porque es lo mismo que hacen en las clases, increíblemente, los alumnos se duermen en el transcurso de las clases, porque aquí sí que es verdad que una vez que entras en la universidad, cuatro años mas tarde, que es lo que dura, sales con el título en las manos, lo cual no dice mucho del sistema educativo universitario japonés, y miédo me da el ponerme enfermo y quedar a merced de un médico japonés (ya os contaré mas historias al respecto, porque ... miedo dan).
El caso es que ésta vez se durmieron los padres también, jejeje, creo que Arturo ha sacado fotos que lo prueban :)

En fin, que al terminar la ceremonia, se fueron a rezar al templo. Si, ya lo se, pero lo tenía que contar.

Tras los rezos, todos nos juntamos en el edificio principal de las clases, donde a cada uno, y en su propia clase, les entregaban una bolsa con el título y un pequeño obsequio de la universidad, y luego, todo el mundo se metió en un salón a comer sushi y demás viandas del país. Nos pusimos las botas a comer y a beber. La música en el escenario, otra vez, real, una orquesta de jazz, pero la verdad que tocaban una música bonita, pero demasiado triste para mi gusto.
Con Masa y Miho ¡¡No os vayais!!

Al terminar, los de español, nos fuimos a un restaurante a comer y beber. La verdad que en un principio me asustaba el hecho, de que todos los demás que tenían el español como lengua materna no podían venir (a excepción de Glen), porque temía que no pudiese comunicarme con nadie, de hecho, la primera frase que me dijo uno de los profesores al verme, delataba que tal vez no podría comunicarme con nadie, pero.... al contrario, mi japonés floreció como una rosa, hablé sin parar, nos reimos mucho, lo que no podía decir, me lo entendían por mi mímica.
El caso es que lo pasé en grande, por primera vez me he sentido como uno mas, no como la mascota del departamento de español como me veía hasta ahora.
Muertos de risa
Un Culpable de que yo esté en Japón


Por cierto, en ésta foto, los dos chicos que aparecen, son los dos últimos chicos que quedan en la universidad que fueron a Salamanca hace cuatro años, y son del mismo grupo culpable a que yo hoy en día esté aquí.

Luego, y como colofón de toda fiesta en Japón que se precie, al karaoke, a cantar como perras, yo esta vez, intentando leer las letras puesto que los colegas cantaban canciones en japonés.

Lo trieste es que el 80% de las personas que conocía, han abandonado éste día la universidad. No tengo miedo, me pasa ésto todos los años desde hace siete, y ahora, este empezar de nuevo, lo afronto desde una nueva perspectiva, ahora me voy a comer japón con patates, bueno, eso si las vuelven a vender en el supermercado, que han pasado unos días sin aparecer.

El caso es que... suerte a todos en vuestra nueva vida, donde quiera que sea.

¡¡A Costa Rica se ha dicho!!
¡¡GRACIAS POR TODO!!

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martes, marzo 20, 2007

Míralo donde se estaba escondiendo el jodío.

Pues la verdad que cuando vi la película por la primera vez, casi que lloro al conocer de su muerte. Y no se trataba de chanquete, aunque dicho todo sea de paso, pues no me acuerdo de si lloré con chanquete o no.
Me acuerdo que las coñas que teníamos de canijos era que ese personaje no hablaba raro, sino que lo hacía en Asturiano.

El caso es que... caminando por Tenri, me encontré esta casita...
Qué bonita, una de las tantas que hay por aquí, pero me dí cuenta de que había sido engañado desde hace mucho tiempo, todos habíamos sido engañados durante tanto tiempo...

En realidad no se murió, sino que se jubiló y se retiró a vivir a Tenri.

Si amarillos son los asiáticos, verde es el color de su piel.
Mide medio metro y no es la entrepierna lo que le estoy midiendo.
Se parece a Jordi Pujol en sus buenos tiempos.
La fuerza es poderosa en él.
¿Quién es?
Sí, sí, no estás viendo visiones.

Que alguien avise al Geroge Lucas y que hagan otra peli de la Guerra de las galaxias.

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Día del padre

Sepan ustedes que hoy es el día del padre. Felicítenlo.
Bueno, aquí hace 49 minutos que ya no lo es, pero en España sigue siendolo.

¡NENO! ¿Ónde leches metísteche?
Que cruz, madre mía, que cruz. No puedo ni felictiar a mi padre en su día.

lunes, marzo 12, 2007

Mi primera hostión cultural en japón

Oh, Japón, tierra de frikis llena eres,

anormalidades absolutas y abismos culturales,

pero esta vez... te has pasado tres pueblos.

Hoy os contaré una bonita historia de las diferencias culturales entre Japón y el resto del primer mundo.

Pues bien, para empezar os diré que tengo unos cuantos coleguillas en Tokio, que porqué no decirlo, son practicamente todo mujeres. Pero esto se debe nada mas ni nada menos, a que son mas propensas a hablar con los extranjeros, en Finlandia me ocurrió lo mismo.

Llegados a este punto, os diré que una de esas personas tiene familia en Nara, es decir a 15 minutos de mi casa. Y se vino porque tenía una comida familiar. De hecho tenía un nombre muy raro, pero claro, aquí, absolutamente todo tiene nombre (hasta tienen una palabra única para saludarse en año nuevo...).

En fin, la chavala esta se escapa un poco de la mentalidad estandard japonesa, es mucho mas abierta, puesto que ha estado viviendo un par de años en Francia, y quieras que no, eso se nota muchísimo. De hecho, la razón por la que está viviendo en Tokyo es porque no le gusta el arquetipo de la gente de Nara, es decir de la zona rural (Y eso que Nara debe de ser de las ciudades mas importantes del área de Kansai, en donde están ciudades como Osaka y Kyoto).

La chavala me cae muy bien, porque parece una española metida en un cuerpo japonés, de hecho, me contó cosas como que a su regreso de Europa, le pasó lo mismo que a mi con la comida japonesa, o me intenta explicar ciertas excentricidades de su cultura (el resto de los japoneses cuando no te sabe explicar algo, simplemente dice “es que éste es un país isla” ó “es que eres extranjero y no lo entiendes” y con eso es como si dijesen la verdad universal irrefutable y toca cambiar de conversación por lo estúpido de la respuesta).

El caso es que cuando terminó con la familia la entraron unas ganas de largarse de regreso a Tokyo impresionantes, y ni siquiera nos daba tiempo a tomar un café como en tantas otras ocasiones, por lo que decidí acompañarla en tren hasta Kyoto (aquí el tren es gratis mientras que no salgas de la estación), y así poder habar con ella (porque la notaba supernerviosa).

En el tren, la noté muy triste, y yo mantenía una conversación graciosa para que no pensase en “sus problemas”, pero era obvio que necesitaba contarme lo que la pasaba (y como aquí en Japón la gente no cuenta nada, se comen sus rollos y acaban explotando y suicidándose en muchos casos).

  • Entendiste mi correo electrónico.

  • Si, claro, que venías a comer con tus padres.

  • Si, bueno.. pero es que la comida era un....

Mientras me decía estas palabras, los ojos se le llenaban de lágrimas, pero no lloraba, al menos no lo hacía públicamente. Los japoneses no exteriorizan sus sentimientos, no pueden, se los comen con patatas. Y uno que no es idiota aunque lo parezca...

  • ¿Qué te pasa?

Ella tarda en reaccionar un segundo, traga saliva, deasvía la mirada y me dice con los ojos cristalinos, llenos de lágrimas...

  • Es que he conocido un hombre.

  • Ah bueno, ¿y?

  • Que se quiere casar conmigo.

En estos momentos, mi cara de flipado hizo acto de presencia, pues la última vez que vi a esta chica había sido en fin de año, y si mal no recordaba no tenía novio ni nada que se le pareciese. Y pensé para mis adentros.. ¡Joder como se lo curran los japoneses en tan poco tiempo! ¡Nada, nada! A alegrarse por la chavala, pero había algo que no me cuadraba, a lo que ella añadió:

  • La comida con mis padres era para presentarme a mi posible marido.

  • Mmmm... ¿matrimonio concertado?... ¡No fastidies!

  • Si.

  • Y tu que piensas...

  • Es que mis padres... no me he podido negar.

Los ojos llenos de lágrimas no significaban nada mas que ella no estaba de acuerdo para nada en casarse, y menos con una persona que acababa de conocer.

Ella se empezó a reir por ver mi cara de asombro absoluto.

Entonces, ella empezó a contarme detalles de la ceremonia. Sus padres, dado que la chavala tiene 28 años y no estaba casada o tenía novio, decidió concertarle una serie de citas (comidas en las que te presentan a una factible pareja que ellos escogen de antemano) y que son comidas en las que estás cara a cara con tu futura posible pareja (porque afortunadamente, ambos tienen que estar deacuerdo), pero ya ves, la presión familiar hace que la chavala, aun no queriendo, diga que si.

Los que hayáis visto la serie esa de Lost (lo de los tíos que se pegan un piñazo en un avión en una isla superchunga), hay un espisodio en que te cuenta la historia de una japonesa a la que su padre le hace lo mismo.

Ella es una chica que ha triunfado en la vida. Ha estado viviendo en Francia estudiando en prestigiosas escuelas de diseño. Tiene su miniapartamento alquilado de escasos 20 metros cuadrados en Rapongi (el mismísimo corazón de Tokyo (de hecho, es una zona de embajadas y de centros de negocios), y tiene un salario que le permite pagarse todo eso, sus pequeños caprichos, y en definitiva, ser independiente (cosa que muchos soñamos en España o en muchas otras partes del mundo. Su único problema ha sido superar la barrera de los 25 años sin estar casada, y que su padre es el presidente para el área de Kansai de una de lesas grandes macro corporaciones japonesas cuyo nombre ni me acuerdo ni me importa (aunque creo que era... ¿Mitsubishi? Qué mas da).

El problema de la sociedad japonesa, es que el trabajo les absorbe muchísimo tiempo, los desplazamientos en transporte público que duran tanto tiempo, mas lo cerrados que son los grupos de personas (uno tiene como a sus amigos a aquellas personas con las que tiene un vínculo común, es decir, tus amigos son tus compañeros de trabajo, y si tienes suerte de hacer algo aparte como un club de algo, esas personas. Si cambias de trabajo o de ciudad, pierdes a tus amigos anteriores para ganar a los del nuevo trabajo o club, los otros pasan a ser meros conocidos. Es triste, pero así es.).

Intentaba quitarle hierro a la cosa, hablando entre risas, aunque realmente estaba pensando en cómo enfocarlo. Viendo que sus lágrimas delataban que en realidad eso no lo deseaba, la empecé a contar lo que yo opinaba al respecto con una total franqueza. Hablé acerca de que este tipo de cosas, son legados del pasado, que hoy en día no tienen cabida, que aunque entendía que hasta hace 50 años pudiese ser aceptable, hoy no puede ser admisible de ningún modo. Que ella no podía aceptar que la obligasen a tomar una decisión tan importante. La conté que ella era dueña de su vida, que sólo ella podía tomar sus propias decisiones.

Ella me decía que no se pudo negar por la presión familiar (o eso entendí), que sus padres se habían conocido de ese mismo modo, que como les había ido bien, y dado que su padre se jubila el año que viene, pues que querían que para antes de la jubilación de su padre, que estuviese ya casada o con vistas a hacerlo, puesto que su hermana menor ya estaba casada.

A lo que yo le refuté, que su sociedad el fallo que tenía era que les habían enseñado a obedecer y a callar, a simplemente acatar la decisión de sus jefes, familiares o personas mayores. Que nadie ponía en entredicho sus decisiones, y que nadie expresaba lo que realmente quería. Para sus padres, la felicidad de su hija pasaba por verla casada, cuando la realidad era, que su felicidad pasaba por seguir haciendo su vida. Yo le hablé que aunque le costase mucho, que debía hacer ver a sus padres que era su vida, no la de ellos, que ella debía de tomar sus propias decisiones, sin condicionamientos, sin presiones (los padres metéis demasiada presión, y lo malo es que no os dais cuenta, pero en cierto modo lo veo normal, en realidad es por el cariño hacia nosotros).

Yo le conté que debía de vivir siempre en armonía con su corazón y con la cabeza tranquila, que a veces esto suponía enfrentarse a la gente que ella ama y quiere (en este caso enfrentarse a sus padres), que no diese el brazo a torcer, porque a fin de cuentas era su vida, no la de ellos. Y que persiguiese a toda costa sus sueños, costase lo que costase, porque al final, aquellas personas que la aman, si realmente la aman, acabarían por entenderlo, por aceptarlo, por ayudarla.

Le conté mi lucha por venir a Japón, las discusiones con mi madre por querer dejar el trabajo cojonudo al lado de mi casa, las infinitas discusiones bajo el título “¿y para que quieres ir a japón?”, durante días, meses, años... tres años he tardado en venir a Japón. Tres años, y finalmente, mi madre se dio cuenta, lo aceptó, y me regaló lo mas importante y caro, ella fue quien me dio el billete para venir a Osaka. En realidad ella fue quien me completó la pieza que me faltaba para cumplir mi sueño, ella, la persona que mas se negaba a que me viniese. Ahora es la persona a la que mas le debo de agradecer todo.

Le dije que debía de escuchar a los demás, a sus padres, a sus amigos, pero que tomase aquellas palabras como meros puntos de vista, lo que ellos harían, pero que únicamente y solo ella podía tomar una decisión que seguro condicionará el resto de su vida, sobretodo viendo lo machista que es la sociedad japonesa (aquí si que es la mujer a la cocina, a cuidar de la casa, los niños y del marido).

Y finalmente añadí, que ella era autosuficiente, que no necesitaba de nada ni nadie, y que si decidía compartir su vida, era porque así lo había decidido, elegido, y aceptado para sí. Pero que supiese que la sociedad moderna en España, la gente ya no se casa tanto como antes. Incluso yo le conté que yo personalmente pasaba rato de casarme porque es mas bonito (vivir en pecado todos los días) de un modo en el que sabes que tienes que cuidar a la pareja todos los días, porque no tienes nada con ella, que tienes que currártelo todos los días, y que si te casas, te confías, porque total... ella va a seguir siendo tu mujer...

Cuando terminé de hablar, la volví a mirar a los ojos directamente. Ya no estaban cristalinos en absoluto. Es mas, estaban mas abiertos que de costumbre. Tenían un brillo especial, y su cara relajada esbozaba una leve sonrisa.

Me dijo que le había dado una inyección de moral, que me haría caso. Añadió que le gustaba la manera en que pensábamos los españoles, y que odiaba haber sido japonesa. Obviamente, yo le dije que eso era lo que le había tocado ser, que su sociedad tenía muchas cosas malas, pero también muchas muchas buenas, exactamente igual que la mía, pero simplemente consistía en combatir con otras armas, en saber como combatir. Que esa noche durmiera tranquila sin pensar en nada, y que al despertarse, la primera decisión que le pasase por la cabeza respecto a este tema, era lo que ella realmente quería hacer, que es la respuesta de su subsconsciente, y que acatase esa decisión costase lo que le costase, si le daba igual una decisión que otra, que tirase una moneda al aire. Pero que siempre, y en cualquier decisión que tomase, que su corazón estuviese caliente y tranquilo, y su cabeza fría para poder pensar bien.

Yo me le dí un beso en la mejilla igual que un padre se lo da a un hijo, sonreí, asentí con la cabeza, y me metí en el tren de vuelta a Nara.

Creo que ella ya no se va a casar, pero lo que es mas importante, para ella, desde hoy, es el punto de partida de una nueva vida en la que por fin va a tomar sus propias decisiones, que ya no aceptará las decisiones que toman los demás para su vida, ella es autosuficiente.

¿Ha empezado la rebelión de las mentes en Japón?

Suerte en la vida, Kyoko.

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martes, marzo 06, 2007

Hazte una tortilla de patata con mi manga en japonés

Pues este domingo fue El cumpeaños de Mihochan, y como no se nos ocurría nada que regalarla, pues le puse el botón de imagina imagina en funcionamiento, y acto seguido, ya tenía una respuesta.
¿Qué le puedo regalar a una japonesa que sea original, nuevo, barato, y sobre todo, que no se lo pueda esperar? pues está claro, decidí regalarla un "set de tortilla española".

Me gusta romperle los moldes a los japoneses, porque se asombran de lo constructivos que podemos ser. Se quedan impresionados de que un regalo hecho a mano, con cuatro duros y un montón de imaginación, puede ser el mejor regalo del mundo. Y prueba de ello es este post.

El caso, y volviendo al tema, es que me pasé por la tienda de "Hyaku en" (la de los veinte duros españolas), pero aquí alucinais de las cosas que venden. Si, en España estas tiendas venden cosas alucinantes, pero aquí, y gracias a lo frikis que son, es mucho mas divertido. Creedme que lo es.

El caso es que con un presupuesto de 1.500 yenes, es decir 10 euros, me fui a la tienda y compré:
  1. una sartén de metal (105 yenes)
  2. un chuchillo bastante decente (105 yenes)
  3. una espumadera de metal para freir (105 yenes)
  4. un tenedor decente para batir los huevos (105 yenes)
  5. una cuchara de madera para remover la cebolla (105 yenes)
  6. un plato de loza del tamaño de la sartén para darle la vuelta a la tortilla (105 yenes)
  7. una fuente de metal para poder batir los huevos y mezclar la cebolla y las patatas (105 yenes)
  8. un delantal de dibujitos para no mancharse (105 yenes)
  9. una cinta como la de karate kid para la cabeza (105 yenes)
  10. una cesta de mimbre para guardarlo todo (105 yenes)
  11. y una tela de saco para envolverlo todo (105 yenes)
con el dinero restante, vamos a comprar unas patatas, una cebolla, y voy a ver si le hago un paquetito de sal, y un poco de aceite.

El caso es que la coña no hubiera ido mas lejos si no le hubiera construido un cómic en japonés (supermal escrito), pero lo suficientemente descriptivo para que sirva de manual de instrucciones en japonés de cómo hacer una tortilla de patata.

La coña es como sigue:

"Manual de tortilla" de Gambate ("Ánimo") productions
Cumpleaños de Mihochan (apelativo cariñoso de Miho), 2007, Arturo, Irene, Hugo. La postdata está en castellano.
Derecha: Esto es amarillo, ¿entendido? (el mandilón es de un amarillo que hace daño a la vista)
Abajo: Ishokenmei es la palabra utilizada para decir... concentrado, concienzudamente...
El dibujo muestra la cinta que se tiene que poner en el pelo (es que parece que si se ponen la cinta de karate kid, se concentran mucho mejor, por cierto, la cinta pone amo la tortilla en japonés, de hecho, metí la gamba al escribirlo, pero así queda mas...¿Hugo?), y el mandilón hortera (yo quería haber comprado un de cuadros azules en plan maruja española, que los había, pero me dije que es mejor uno mas cantoso amarillo doloroso de conejitos)
Preparativos acabados, "manos a la obra".
Arriba: Patata + chuchillo
Abajo: Desvista a la patata por favor (Y yo que se como se dice pelar!!)
Arriba: Patata pelada (espero que diga eso) + el cuchillo otra vez...
Enmedio: Pequeña montaña de patata
Abajo: Trocear
Arriba: Pequeña montaña de patata + Sartén + Aceite
Enmedio: 1 + 2 + 3 juntos en...
Abajo: ¡¡FREIR!!
Pues eso, que una vez fritas, que con la espumadera (que ni idea de como se dice en japonés), sacar a un plato. ¿Descriptivo no?
Arriba: Huevos, mas fuente, + tenedor
Abajo: Batir los huevos (se adjunta una descripción del movimiento a realizar para batir los huevos)
Mas abajo: Gam-bate los huevos (Gambate es la palabra que sirve para dar ánimo, es un juego de palabras que dudo que pillen los japoneses, pero los hispanos se han roto a reir al verlo)
Pues eso, que enchufes todos los ingredientes en la fuente con el huevo, les pongas una pizca de sal, lo tires todo dentro de la sartén, y arregles la forma con el tenedor.
Arriba: Plato + Casi tortilla
En medio: Plato encima
Abajo: Levantar (del fuego), girar ¡RAPIDO!, alzar . en lapiz pone escrito "media tortilla"
Pues eso "Si no lo giras a toda pastilla.." "Tu tortilla.."
Abajo: Se cae, ¡jejeje!
En medio: una arañita (mushi=bicho) dice: ¡comida!
Arriba: Si todo ha ido chachi, usar el plato para devolverlo a dentro de la sartén. Arreglar la forma con el tenedor.
Cinco minutos mas tarde.. metalo al plato por favor y.. ¿lo comemos? ¡QUE APROVECHE!

Pues eso, que la verdad que me he reido bastante; por cierto, que la traducción es un tanto libre. Pero bueno, espero que cuando termine mi estancia aquí, pueda escribir correctamente estas frases tan chorras de este manual, y así poder poner mi versión 2.0. Y el que sepa japonés... (tsss... que ya se que está fatal, no me dejéis mal, jejejeje)

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